domingo, 6 de julio de 2014

El orgullo

5 meses...madre mía, 5 meses sin actualizar el blog, se puede decir que la falta de tiempo y la perritis han hecho mella en esto a lo largo del tiempo. Miro el archivo y veo que la mayoría de entradas las hice en 2012, el año de la creación del blog y con el paso de los meses ha ido a menos hasta prácticamente dejarlo aparte. ¿Falta de imaginación? Nah eso nunca. Esto es una cosa normal en todo el mundo, necesitamos objetivos para ilusionarnos, necesitamos metas por las que luchar en nuestra aburrida rutina porque si no tenemos metas tarde o temprano nos cansaremos de vivir. Las personas, por los siglos de los siglos, siempre han querido tener éxito de manera rápida, la paciencia y perseverancia nunca ha sido una virtud en la mayoría de la gente. Por eso, cuando nos ilusionamos por un objetivo, dejamos de quererlo y perdemos la ilusión rápidamente al ver que no nos favorece a corto plazo porque lo que mira la mayoría de la gente es la reacción en los DEMÁS, cuando lo que de verdad importa es como nos sintamos nosotros mismos realizando nuestros proyectos. Y eso, señores y señoras, se llama ORGULLO. Nuestro orgullo le puede a cualquier otra cosa de lo que tenemos en la cabeza, es aquel que la mayoría de veces nos lleva por el camino el cual REALMENTE no deseamos, que es la pérdida del objetivo que nos habíamos planteado inicialmente. ¿A que ya os empieza a sonar? ;) Obviamente todo el mundo debe tener su dosis de orgullo, porque si no seríamos incapaces de vivir en este mundo de egoístas (leer una entrada anterior que habla sobre esto), el problema llega cuando este orgullo nos controla y está por encima de cualquier otra cosa. Os voy  proponer que penséis en las veces que os habéis arrepentido de una decisión. Ahora pensad porque habéis tomado esa decisión. Creo que no hace falta que os lo diga. Aunque a la mayoría os habrá venido a la cabeza temas amorosos (lo cual es normal) ese solo es un de las miles de situaciones en la que utilizamos nuestro orgullo. Como ya he dicho antes, nosotros siempre estamos buscando nuestro propio beneficio en la mayoria de situaciones, pero somos tan sumamente tontos que en algunas nos hacemos daño a nosotros mismos también. Sin embargo esto forma parte del ADN del ser humano así que por mucho que lo intentemos probablemente nunca llegará el día en que las personas miren puramente por sus objetivos, con esfuerzo y ganas, y sin intereses secundarios.